Estilema

noviembre 3, 2019

Página 2

Filed under: Efímeros — signos @ 12:42 pm

Hace años que sigo el programa Página 2, en Televisión Española, un espacio sobre libros que te hace pasar un buen rato y te invita a leer títulos sugerentes. Empezó emitiéndose los domingos por la tarde-noche, sobre las ocho y media o nueve, y yo lo veía religiosamente, lloviese o tronase, sin ningún tipo de excusas. Detenía cualquier cosa que estuviera haciendo en ese momento o volvía más pronto a casa, si es que estaba fuera. Puedo decir que los domingos giraban en torno a ese programa, de tal manera que mis actividades quedaban condicionadas por la emisión de Página 2.  Luego lo cambiaron de día (un fastidio), pero yo seguía viéndolo, esta vez a través de internet. Por supuesto, lo hacía los domingos por la tarde. Seguía siendo mi última actividad de la semana. El postre de una buena comida.

Pero últimamente ya no lo veo o lo veo menos. A veces lo pongo y me aburre soberanamente. No me interesan apenas los autores que entrevista el presentador (que también me produce sopor) y los reportajes me resultan monótonos y repetitivos. Lo paso rápido y, las más de las veces, acabo quitándolo. Hoy mismo, domingo por la tarde, lo he parado para escribir este post. ¿Qué me está pasando?

Afortunadamente, he encontrado un libro (Aquí y ahora) que me ha llevado a nuevos libros. Busco en el programa al autor de este libro. Ni rastro de él.

Por cierto, hay una sección fija del programa en la que se trasladan a una ciudad española e indagan sobre su vida literaria. Me preguntaba con bastante curiosidad qué dirían de la mía. Valencia, ciertamente, no es una ciudad muy literaria. Apenas hay actividad relacionada con los libros (o yo no me entero, que todo es posible) y esperaba que este espacio me abriera los ojos. Por fin, le llegó el turno a Valencia. Pero el reportaje fue tan decepcionante que me llevó a un estado melancólico del que aún no me he recuperado: solo salía una escritora que ahora se dedica a labores políticas, un señor al que no conocía de nada y una librería de un barrio de moda. Ni una sola referencia a la librería Ramón Llull, tal vez la mejor de la ciudad, ni a históricas como París Valencia, Viridiana, Soriano o Tirant lo Blanc. Ni siquiera a aquellos que hacen una labor solidaria con los libros.

¡Con lo fácil que lo tenían! Solo tenían que haber preguntado a Juanjo Vellisca.

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.